Si quieres crear unos jardines, hacer crecer flores y árboles, ¿qué harás?
¿Solo pondrás las semillas?
Muchas personas igual lo hacen así, pero de esta manera nada crecerá.
Primero tendrás que preparar la tierra, ablandarla y sacar las malas hierbas, a partir de este momento ya estará listo para recibir semillas que se transformarán en bonitas flores o árboles frutales.
Swami Satyananda Saraswati
Como las semillas que se convierten en plantas y flores bellas y que conforman un hermoso jardín, los niños y niñas necesitan de un agradable y cuidado entorno.
Son personalidades que aún no se han terminado de expresarse en su totalidad. Guardan en su interior un gran potencial, que lo podrán liberar si encuentran las circunstancias adecuadas. La tierra es como el espacio donde crecen, su ambiente familiar, su entorno escolar y de juego, que necesita estar limpio de malos hábitos y fértil, para que la semilla del niño o niña puedan crecer y florecer.
El yoga es una de las herramientas más propicias que se encuentran a nuestro alcance para intentar transformar las cualidades de la conciencia, para que un niño pueda crecer potenciando sus cualidades y desarrollarse de manera equilibrada en todos sus aspectos, tanto sea el físico, el mental, el emocional y el espiritual, definiendo la espiritualidad como un experiencia subjetiva I de crecimiento psicológico, sin ninguna vinculación a ideales religiosos.
La educación tradicional aunque no todos los maestros la aplican, está mas enfocada al control, porque es lo que pide y necesita nuestra sociedad, desde pequeños solemos aprender por medio de una puntuación que nos desarrolla un sentimiento de comparación y competitividad, o mejor dicho competitividad hacia a los demás según el criterio de otro. Ser competitivo no es malo si es un sentimiento de superación personal, pero lamentablemente una enseñanza enfocada a sistema de puntuación y exámenes, alimenta la competitividad hacia nuestros compañeros que haya sacado mejor o peor nota, en lugar que potenciar el interés y la curiosidad este sistema potencia la valoración más que el aprendizaje.
Los exámenes, no miden la comprensión, más bien se computa la capacidad de repetir, y no de pensar por sí mismo, si siempre estamos sujeto a un control, pasar un prueba o un examen todas nuestra energía y frustración será enfocada a como nos valoran, desviando l’ atención de lo más importante, como estoy viviendo y aprendiendo, el centro de mi vida será lo que lo demás piensan de mí, y no a lo que siento yo y lo que a mí me interesa.
La integración del yoga o de la educación emocional mueven el enfoque del niño desde el externo y lo demás, hacia al interior y “ yo mismo”.
El yoga es el complemento perfecto para aquellos sistemas educativos que no se basan en fomentar la competitividad en relación a los demás.
Erich Fromm, psicólogo social, psicoanalista y humanista alemán en su libro «‘La diferencia entre tener y ser» Capítulo VII dijo: “El peligro del pasado era que los hombres fueran esclavos. Pero el peligro del futuro es que los hombres se conviertan en robots.”
La sociedad marca prioridades, deberes y rutinas, que ya tenemos desde pequeños para vivir sin tiempo; sin tiempo para sentir, conectar, decidir solo estamos haciendo constantemente algo, que la mayoría de las veces no es para nosotros, sino por cumplir con alguna orden.
A la sociedad postindustrial parece que le conviene tener, en vez de personas educadas en la libertad y autonomía, a robots, a los cuales controlar y manipular. La libertad crea miedo e inseguridad, no estamos acostumbrado a seguir nuestro instinto, nos educan o mejor dicho nos adiestran en seguir pautas, por eso desconectamos de nuestro instinto y intuición.
Hay muchas cosas que cambian y evolucionan pero la educación que forma al ser sigue la misma, necesitamos una educación integral, que integre cuerpo, emociones, intelecto y espíritu.
Ante este panorama, los niños manifiestan su malestar con trastornos de la atención y desmotivación. Claudio Naranjo, psiquiatra chileno, en su libro Cambiamos la educación para cambiar el mundo, dice que “La educación que tenemos sirve para domesticar a la gente de generación en generación, para que sigan siendo unos corderitos manipulables por los medios de comunicación. Nuestra mayor necesidad es la de una educación para evolucionar, para que la gente sea lo que podría ser. El mundo está en una crisis profunda porque no tenemos una educación para la conciencia. Tenemos una educación que en cierto modo le está robando a la gente su conciencia, su tiempo y su vida.”
Educamos a nuestros hijos con el fin de adquirir las habilidades intelectuales y la capacidad de un trabajo o profesión .Sin embargo, la verdadera educación no es solo para el cumplimiento de los compromisos externos, sociales y económicos, es también para la comprensión interna y el crecimiento de la personalidad en todos los niveles, físico, mental, emocional y espiritual.