Yoga en las escuelas

 

INTRODUCCIÓN

La felicidad se alcanza cuando lo que uno piensa, lo que uno dice y lo que uno hace están en armonía.

          MAHATMA GANDHI

Soy profesora de yoga desde hace dieciocho años. El yoga me ayudó a darle a mi vida un nuevo enfoque, desde el exterior hacia el interior. Eso me hace ser consciente de cada experiencia, esa es la magia de esta disciplina que une el cuerpo físico, mental y emocional entre ellos.

Un sencillo movimiento del cuerpo activa nuestra conciencia interna, el cuerpo es el vehículo que nos permite viajar hacia los diferentes niveles de conciencia, donde podemos encontrar, descubrir, recordar y aceptar nuestro real ser.

Hace ocho años que soy madre. Esta vivencia me permitió descubrir el mundo de los niños y niñas y las maneras que tienen ellos de convivir con los sistemas de vida de los adultos.

Por elección de la vida soy madre soltera, y fui madre como la mayoría, sin conocimiento ni experiencia, los primeros años de Prem fueron un completo caos, así al menos los recuerdos. Pasé de pensar solamente en mí misma a no existir, vivía en función de mi hijo. No tenía tiempo para mis necesidades básicas, ni tampoco idea de lo que se debía hacer. Comprendí de esta manera, el más grande de los Karma Yoga, que es dar sin obtener nada a cambio y no albergar ninguna expectativa.

Me encontraba sola, sin ningún acompañante, consejero u observador con el que compartir éxitos y fracasos o a los que poder trasladarle dudas y preguntas. Solo podía confiar en mi criterio y aun así, fue una experiencia maravillosa. Recorrimos con Prem un camino duro, pero no exentos de placeres y de encantos, lo cual me permitió descubrir lo que puedo amar y ofrecer de manera incondicional.

La niñez de Prem me llevó a conocer y observar a otros niños y niñas, que ya forman parte de mi mundo.                                                                                            

Estoy aprendiendo cómo viven y sienten, lo que necesitan, cómo se relacionan, qué roles adoptan, cómo le afecta la familia, el entorno y la manera en la que el yoga puede contribuir y ayudar.

Los adultos, necesitamos volver a conectar con nuestra niñez para entender el mundo de los niños, para volver a encontrarnos con nuestros dolores, vacíos traumas, pero también con nuestra alegría, intuición, ingenuidad y presencia que necesitamos recordar, conocer, aceptar y si hace falta perdonar.

Desde la edad adulta acompañamos, cuidamos, educamos, y amamos de forma incondicional a nuestros hijos, infravaloramos los saberes de los niños; saben más cosas que las que pensamos. 

Saben cosas que con el paso del tiempo, a medida que cumplimos años, vamos desaprendiendo. Sobre todo en una faceta de radical importancia que es la que nos contacta con el interior. Nos enseñan a desconectar de nuestro interior, porque toda la energía y atención va hacia los estímulos externos.

El Yoga ayuda  a los niños y niñas a mantener esta conexión natural con la parte espiritual del ser; las diferentes prácticas, juegos, relajaciones que comparto con este libro beneficia a los niños y niñas a desarrollarse de forma saludable, consciente y equilibrada. La introducción de pequeña práctica de Yoga en su rutina escolar permitirá a los niños y niñas integrar esta disciplina de forma natural.

Todo este proceso no es más que fundir lo nuevo con lo antiguo. Pero no es fácil, ya que cuesta cambiar, hay miedo a lo desconocido, hasta el punto que puede resultar más fácil convivir con un malestar que buscar una alternativa. ¿Cómo introducir entonces en un sistema educativo algo tan innovador como es la enseñanza del yoga dentro del currículo lectivo? La mejor estrategia es primero conocer lo antiguo y  investigar si hay aberturas, aunque sean muy pequeñas, por donde poder entrar, con el objetivo de entablar poco a poco un diálogo entre ambas posturas. Aun compartiendo la mayoría de los conceptos de los proyectos de Educación Libre, considero que tienen un fallo estructural: no dan recursos para vivir en el sistema actual. No hay adaptación hacia el sistema educativo tradicional ni al revés, son sistema con diferentes idiomas que entre ellos no consiguen comunicar, en mi opinión ninguna de las dos opciones es completa.

Normalmente, los padres que eligen una educación alternativa a la oficial, suelen tener también en casa un ambiente en donde los niños crecen y se desarrollan acorde a esta idea, entonces como podrán estos niños enfrentarse a las dificultades de la sociedad tradicional donde supuestamente van a vivir? O tendrán que seguir viviendo en un espacio alternativo? 

Para que un sistema educativo alternativo pueda funcionar; que sea capaz de dar recursos a los niños y niñas para desarrollarse en diferentes entornos y situaciones, tanto ahora, en su etapa escolar, como en su futuro, debería fusionarse con experiencias y vivencias en un entorno tradicional. También sería deseable que las escuelas provenientes de un entorno tradicional conocieran las maneras de trabajar de los proyectos alternativos, de esa manera sí que ambos sistemas aportarían a los niños y niñas experiencias y conocimientos más completos.

Yoga en las escuelas es un proyecto que indaga en la integración en un sistema tradicional de herramientas alternativas, por medio de sencillas prácticas que ayuden a los niños y niñas a crecer con más conciencia hacia su mundo interior para que reconozcan al máximo su potencial físico, mental y emocional.

Ese libro es el trabajo resultante de mi conocimiento sobre el yoga y la adaptación a las necesidades de los niños y niñas con la que he estado compartiendo mis últimos siete años en un sistema de educación tradicional.

A ellos dedico ese libro y lo doy las gracias empezando por mi hijo Prem, Aleix, Nahia, Maria, Jordina, Mariona, Xavi, Martina, Claudia, Ona, Marçal, Julia, Lucia, Alessandra, Mar, Ot, Meritxell, Berta, Lua, Julia y todos lo que han participado en mi crecimiento como madre y educadora.

Déjame tu opinión y comentario por favor me interesaría tener otros enfoques